
La cocina mexicana es una de las más conocidas en el mundo entero, pero dentro de ese maravilloso universo de sabores, colores, texturas y formas, la cocina oaxaqueña ocupa un lugar muy especial. En efecto, miles de años de tradición culinaria indígena, sazonados los últimos cinco siglos con los sabores y productos de culturas tan diferentes provenientes de Europa, África y Asia, han creado gracias a la sensibilidad y creatividad de la cultura oaxaqueña, platos que están “para chuparse los dedos”, como una pechuga en salsa de calabaza, que en esta ocasión la señora María Victoria Zárate Ricardez, cocineras con más de 20 años de experiencia en el famoso Restaurante Catedral, le compartirá a usted su receta.


“Mi nombre es María Victoria Zárate y soy de Istmo de Tehuantepec, de un pueblo muy bonito que se llama “El Coyul”. Tengo 23 años que salí de mi pueblo en busca de trabajo y como tenía unos tíos por parte de mi mamá, pues me vine cuando tenía 14 años a trabajar a un restaurante. Después me pasé a trabajar al Restaurante "Catedral" y aquí llevo 20 años trabajando muy a gusto, pero no se puede olvidar la tierra.


A mi me gusta cocinar de corazón, me siento tranquila y contenta cuando cocino. Yo pienso que la gente que viene a comer es por que le gusta nuestro sazón y me gusta que la gente salga contenta y que haya comido bien. A mi la cocina me ha enseñado mucho, aquí es como la vida y gracias a mi trabajo he podido salir adelante. Tengo dos hijos, uno tiene 19 y el otro 23, el grande está trabajando de cocinero en Washington. Ser cocinera es toda una profesión.

Los ingredientes para hacer una “Pechuga en salsa de calabaza” son: Una pechuga de pollo deshuesada. Arroz blanco, Flor de calabaza, 15 flores para una pechuga. Un cuarto de una cebolla. Dos dientes de ajo. Tres chiles poblanos, epazote y crema.
Todo esto se fríe con mantequilla y ya que esta frita, se muele en la licuadora. Se vacía y luego se sazona, para después agregarle la crema natural y con esa salsa se baña la pechuga.



La pechuga se sazona con sal pimienta y se pone a la plancha, cuidando que la carne quede bien cocida. El fuego debe estar bajo para que el calor penetre hasta adentro de la carne. Después se pone en un plato y de guarnición se le pone arroz blanco. En 20 minutos se prepara el plato.



El arroz primero se lava con agua caliente y se escurre y luego se lava con agua fría y se vuelve a escurrir. Después se fríe en el aceite, que no quede muy dorado, sino transparente, para que el arroz quede blanco. Se le pone un poquito de agua, apio y sal.”


Cuando la salsa está preparada, se vierte sobre la pechuga asada. Se le pone la flor de calabaza con el queso fresco oaxaqueño y finalmente la guarnición de arroz.” Después es sólo disfrutarla hasta chuparse los dedos.


