MACARIO MATUS


Escrito por Guillermo el .

Nació en la ciudad de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca en 1943. Escritor, poeta y periodista. Ha publicado varios poemarios entre los que destacan: Luto y memoria; La noche de tus muslos; Palabra desnuda y Negra canción. También ha recopilado Dos testimonios sobre la Revolución de 1911. Ha sido becado del FONCA en su programa de Apoyo a Escritores en Lenguas Indígenas por sus obras en lengua zapoteca en los periodos 1993-1994 y 1999-2000.

 

LA NOCHE DE TUS MUSLOS

 

Me quedo en la noche

de tus muslos,

en loa noche lunar

de tu pie izquierdo.

Me levanta el perfume

de tu flor naciente,

me restituye la energía

que difunde tu cintura,

me enloquece tu centro vital

y el olor de tu sexo.

 

Tu sexo es alimento

para mi largo camino,

en este día primero del año

en que apisiono tus muslos.

Tu sexo es mi muerte,

mi hambre y aliento,

agua y río inacabable.

 

               *

 

Guardan tus manos

el lirio de nuestras tardes.

Conoces bien su tallo

y el hilo de su raíz esbelto.

Los dedos saludaron al sol

cuando el mar caía a nuestras espaldas

en un callejón de murciélagos ebrios.

El rocío quemó el pétalo

y ahogó el cáliz inacabable.

 

Vino la tarde con su vellón

y nos cubrió de sus secretos.

Nos trajo los tumbos del mar,

el lucero y la paloma,

la piedra y la ciudad.

El lirio sigue muy firme

contra las olas del viento,

contra las edades del agua

y sigue esperando tu labio

en toda una muerte, amor mío.

 

                   *

 

Pegado estoy a tu celo

como una lapa de río a su cuna.

Estoy esperando que el destino,

la sed o el amor me hunda dulcemente.

Es la última fe en mi camino

que transcurre entre la brasa

y el estigma de un deseo púber

que aprisiona la mente y manos.

 

Pegado estoy a tu humor carnal

que hace olvidar los labios,

el mundo y la flor de las edades.

Aquí me tienes, amor mío,

pensando cómo trasponer tu  piel

y la forma de vencer el espasmo

para visllumbrar esa luz

que renueva el deseo antiguo.

 

Voy y vengo de tu celo marino

como aquella vez primera de la noche,

el día en que bebé de tu sexo

la esencia del amor último.

La fórmula exacta fue el pedimento

a que besara tui rosa abierta

y tocara la cima de tu ansia

como se cimbran las campanas rituales.

Ese recuerdo me alimenta y me hunde

en  las raíces de tu río prodigioso,

de tu amor infinitamente serial.

 

                       *

A quien más se puede amar

Si no a una hembra que tenga dedos largos.

Amarla en una fábrica de zapatos,

En una plaza pública a las doce meridiano,

En el pasillo del Metro a las doce de la oche,

Entre las bancas de una iglesia a la hora del silencio

O que ella escoja la hora y el lugar exacto.

 

Y qué decir del amor bajo las ruedas mecánicas,

Entre las redes de una hamaca azul,

En una barcaza mecida por el río,

Entre nenúfares y peces hambrientos,

Sobre la cama de sábanas limpias,

Con flores rojas como el tulipan

O usted escoja la hora y el lugar exacto.

 

Amar con todos los sentidos,

Bajos los efectos del alcohol,

Con alguna sutil y honorable humareda,

Antes y después de la carne favorita,

Con el coraje de abrileños días,

Con ruido de niños traviesos,

Con lámparas de aceite antigua,

Bajo la luz de la luna

Y canciones de voces raudas,

De de susurros y gritos conocidos

O a la hora que yo quiera

Y el lougar exacto de la pasión.

 

Lo preferible  es amar horizontalmente,

De preferencia con mujeres de vello grisáceo,

De cuerpo delgado y fino como lirio asexuado

Y con dientes menudos de liebre joven.

Con tocamientos extrños, gemidos intensos,

Con viento fuerte y la ventana abierta,

Con el televisior encendiod, en el coche rojo

Y pequeño. Entre olores pasados de moda

O a la hora que usted diga

Y quiera queridísima amiga mía, amor.

 

 LANCE DE AJEDREZ PARA BORGES

 

Dos colores en la lucha memorable

que sobr una tabla ha ocurrido.

De tan nuevo nada se ha repetido,

de tan antiguo, todo es inolvidable.

 

Los lances se cruzan como sable,

dos colores se deslizan cual sonidos;

cada pieza lleva su riesgo retenido

en el acoso y defensa de lo indomable.

 

Cuidarse del caballo de por si traicionero

y el alfil de mirada y sesgo postrero.

El tesoro de la reina se guarda como un don.

 

el rey de breve paso cuida su plaza,

y el peón que sin amo se desplaza

bajo la torre sucumbe sin perdón.

 

NEGRA CANCIÓN

    JUCHITÁN

 

No puedo olvidar el ímpetu de tu sueño,

la lucha de los mártires que se fueron

por recobrar la pureza de tu suelo.

Sangre a sangr han ca´do tus hijos,

tras de unos vienen otros para pelear

como espigas entre malezas y rastrojos.

Las balas cruzan el alba, a la noche hieren,

mas el ansia libertaria traspasa corazones,

aletea sombras negras y abultados vientres.

Los niños miran la bandera, esa bandera

arreada el diez de marzo del ochenta y uno,

año de la patria enaltecida y de la estrella.

No digan que tu nombre y tu lucha han sido en vano,

no digan que hay cárceles numeradas para el canto

y que la voz del pueblo quede a trasmano.

No, hay mil pies que marchan sobre el asfalto,

cerebros que alzan tu cotidiana valentía

y están prestos a tomar la noche por asalto.

Otra vez el sol de la esperanza

Será arrebatado mañana por la mañana.

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