SAMUEL PÉREZ GARCÍA
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Nació en 1953 en La Blanca, municipio de Ingenio Santo Domingo, Oaxaca. Estudio Filosofía en la Universidad Veracruzana. En 1986 ganó el premio de poesía de la Casa de la Cultura Oaxaqueña con el poemario “Oráculos del polvo”. Ha publicado sus obras en suplementos culturales y revistas literarias a nivel local y nacional. Entre sus libros publicados se encuentran: A la orilla del silencio (1985); Oráculos del polvo (1986); Para escribir Juchitán no puedo (1987); Autorretratos para una desolación (1992) y Prólogo a una sequía (1992). Asimismo tiene en su haber un colectivo de cuentos intitulado Si te vienen a contar (1992) y un libro de crónica Antes del olvido (1999).
CONFESIÓN
El amor que nos crece
tiene también sus rasguños
sus amaneceres agrios
y sus vuelcos al sol,
y en medio de la crisis
somos pájaros-abril,
canto de agua subterránea
que apenas rompe el ladrido
del perro de la casa.
INDICIO
No es para tanto
pero la lluvia del miércoles
fue indicio
de que Lida no vendría
ni con la memoria.
por eso fui a la esquina
y despoblé los sueños baldíos
trago a trago.
AL FILO DEL INSTANTE
Para Modes
1
Nunca sabrás
que por las tardes
me da por subir las llagas
del recuerdo
y me lastimas.
2
Mirada de océano quieto:
que te asombra
que perpleja
indagas la existencia
al morir
el día.
3
A la orilla del silencio
te crece el amor
el ramal de tus manos
es un río de ternura
y nada te hace
más feliz que la quietud
de espera
cuando me miras.
RECUENTO
Hoy desperté escuchando a joan Baez,
entre sueño oís como la música
colaba su brevedad.
Oía y miraba también al par de piernas
que cruzaba la calle.
Fue cuando abrí la cartera
y recordé tu nombre y un verso:
hace años, en una calle,
dejé olvidada la niñez
que hoy me pesa.
SIMBIOSIS
Para Alicia
A
Gotear en ti; verte desnuda
en el alba de la noche.
caer de tus ojos
como cristal
y respirarte:
olorosa
tarde vestida de nostalgia,
aroma de mis años.
B
El silencio araña
y me ocultan las sombras
que empañan los espejos:
adioses que renacen,
manos vacías que me persiguen.
C
Tu rostro, tránsfuga del espacio,
pasa pasa pasa
como el siseo de una voz lejana.
D
Me habitan las miradas:
lejanos puntos sin referencia,
acordes de una sinfonía
lenta y delgada:
es el canto de la sangre
que sube los peldaños del recuerdo.
E
El tiempo huye:
tengo la lentitud de un día cansado.
No sé de ti, pero fui tu orgasmo:
vuelo de palomas rumbo al campanario.
Me dueles compañera;
te llevo como astilla en la sangre.
ORÁCULOS DEL POLVO
La soledad es algo más
que una veta de olvido
es una geografía
donde asiento mi precarismo
un pantano sin luz
ni agua para beberte a sorbos.
*
Y me hice de ti
sin que supieras
que la brisa cayó ese día
temblorosa
junto a tu falda.
*
Es bueno
jalarle a la dulzura
un sangaloteo matinal
darle una ducha fría
y sambullirme el odio
para que de esa contradicción
renazca un prólogo de amor.
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