Macuilxochitl
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En la filosofía del México antiguo llamada en lengua náhuatl Toltecáyotl, la palabra “Macuilxochitl” significa literalmente “Cinco Flor”, pero herméticamente significa los cuatro rumbos de la existencia y el centro unificador. Esto es conocido como “La Ley del Centro” o quincunce, como lo llamó la arqueóloga Laurette Séjurné. De esta manera, “Macuilxochitl” es la forma encubierta de hablar de la búsqueda del equilibrio espiritual y material, del equilibrio racional e intuitivo, que debían lograr los Guerreros de la Batalla Florida.
La comunidad de Macuilxochitl fue una de las más antiguas del Período Postclásico (850-1521 d.C.) En esta época se crearon los “Señoríos”, que eran formas de organización social donde gobernaban linajes familiares. El esplendor de Monte Alban había pasado y se encontraba destruido y cubierto de tierra. Lo mismo que Dainzú (lo puede encontrar en la sección de zonas arqueológicas), que significa en lengua zapoteca “Cerro del Órgano”. De esta manera podemos afirmar que Macuilxochitl es una de las más antiguas poblaciones urbanas de los Valles de Oaxaca.
En la Agencia Municipal se conserva una copia del siglo XVI de un lienzo a manera de mapa que representa las colindancias de Macuilxóchitl de aquellos tiempos. Se recoge en la Historia Antigua de Oaxaca de la existencia de un cacique muy rico de Macuilxóchitl, que le pidió permiso al Rey de España de montar a caballo, pues los indígenas no podían hacerlo. El pueblo posee una Capilla del siglo XVI que actualmente se está restaurando.
Es importante señalar que Macuilxochitl perdió en 1938 la categoría de Municipio, y ha sido Agencia Municipal de Tlacochahuaya desde esta fecha. Se supone que por problemas internos se generó un cisma por el cual “castigaron” durante 50 años a Macuilxochitl de este rango y aunque ya pasó el tiempo y tiene más ciudadanos que Tlacochauaya, sigue siendo Agencia.
Gracias a las atenciones del Agente Municipal, don Saturnino Mendoza pudimos platicar con Román Gilberto Torres Juárez quien nos habló sobre su pueblo: “Yo nací en 1929 el día 8 de febrero. En zapoteco Macuilxochitl se dice “Yahuich”. Cada pueblo tiene su tradición, nosotros en el mes de septiembre festejamos el nombre del Patrón, que es San Mateo y lo celebramos el 21 de septiembre. Se hace fiesta. Se hace tradición. Cuando hay mayordomía se saca la Calenda. Antes las mujeres vestían manta con una faja de seda roja. El hombre vestía de calzón blanco. También se hace jaripeo, esa es la tradición del pueblo.
Allá arriba, en el “Cerro de la Fortaleza”, había una “auditoría” donde tuvieron una asamblea los reyes que gobernaban el pueblo. Allí en una loma, allí subía la gente importante. Cuando vino el “Diluvio” había mucha agua y no podían trabajar. Todos los terrenos vacíos que vemos en el cerro, fueron la casa de ellos. Cuando se morían, allí se enterraban. La gente importante tenía unos monitos o unas alhajas de loza o unas perlitas de jade, eso lo tenían la gente importante cuando se enterraba. Ya hicieron una capillita hasta arriba del cerro con una imagen de Cristo.
En 1938, le quitaron al pueblo la categoría de Municipio, tenía yo diez años. El último presidente Municipal que hubo se llamó Francisco Martínez. Hubo muchas cosas, pues. Antes no había gente preparada. Hubo un problema en la que se peleó la gente del pueblo. También celebramos el 15 de enero la fiesta del “Dulce Nombre de Jesús”. La gente ya no sabe trabajar la tierra y se va a Oaxaca, a México o a Estados Unidos. Ya no es como antes. Se vivía mejor antes, la gente no comía químico como ahorita. La comida que comemos ahora ya está muy mezclada y antes, puro original. Maíz, Chile, frijol… no se utilizaba esta medicina para desarrollar la planta. Antes había más respeto.
Hoy hay más escuela y menos respeto. Antes los jóvenes respetaban más, ahora ya no respetan a una persona de mi edad. Como al señor Agente se le debe dar mucho respeto… ya ahora ya no. En todos lados es así, no sólo en “Macuil”, en todos lados. Según estoy entendido, ahorita los niños que están creciendo, no está bien que estén viendo la televisión, eso está afectando pues. Es lo que yo pienso.
Más antes, cuando tenía yo a los niños, criaturas. Salí yo del país y me fui a Estados Unidos a trabajar. En un pueblo de California para trabajar la lechuga y después me fui a Watsonville y fui también a Mercedes, California, en 1955. Me contrataron con pasaporte, entramos legalmente, no como ahora. En mi terreno se hizo una casa de adobe, con techo de bóveda. Yo le dije a mi señora –yo voy a trabajar y usted va a dar de comer a los hijos. Yo voy a mandar dinero-. Tuve 6 hijos y sí saqué provecho. Tengo una maestra, tengo una enfermera, tengo otra enfermera, tengo un contador privado, tengo un arquitecto y tengo uno que quedó a medio camino. Todos están preparados. Dejé de ir en 1961 cuando mis hijos crecieron. Yo no quiero que mis hijos se vayan, aquí nomás van a trabajar. Además a los hijos de los trabajadores los mandaron a la guerra. Hay mucha gente que se fue, que ya no va a regresar, ya abandonaron su país, sus casas, su familia. El que tiene 15 o 20 años, ya no va a regresar. Por los hijos, ya no van a regresar, pues. No se por qué nuestro gobierno no le pone interés, para que haya agua en el campo. Porque nosotros tenemos tierra, pero no tiene vida. Y en Estados Unidos tienen muchísima agua”.
“Yo soy Saturnino Mendoza Valeriano, soy el Agente Municipal. La comunidad tiene una riqueza muy grande. Tenemos la zona arqueológica de Dainzú. Una capilla del siglo XVI y un templo del siglo XVII. Tenemos unos montículos que acaban de descubrirse en la carretera. Tenemos el Cerro del calvario o Cerro Grande, donde existen vestigios arqueológicos del siglo XII.
Aproximadamente tenemos más de 3 mil personas. La mayoría de la comunidad radica en el D.F. y otro tanto en California, Estados Unidos. Yo he tratado de hablar con ellos, porque nosotros solitos no vamos a poder hacer lo que necesita el pueblo. Un ejemplo es que el pozo nos sale en un millón de peso ya con todo, y Tlacochauhaya nos esta dando 300 mil pesos. Necesitamos la ayuda de nuestra gente que está fuera.
La mayoría del pueblo es Católico, queremos hacer una capillita en el panteón. Requerimos de un apoyo. Hay gente que está en el Norte y desgraciadamente no contamos con su apoyo. Aquí tenemos el Sistema de cargo. Tenemos desde mozos de aseo, topiles, el mayor de varas, el juez, la autoridad municipal, los suplentes y acaba con el alcalde. Hay cargos dentro de la iglesia, como los sacristanes, sacristán mayor. Pero el pueblo tiene otros cargos, como son los “Comités”: de padres de familia, de obras, del pozo profundo, de las fiestas patrias. Hay muchos comités y muchos servicios. Antes teníamos policías y actualmente ya no.
A mi me contaba hace diez años un abuelo que murió a los 89 años, que aquí se hacía los tapetes, no en Teotitlán. Aquí nació la Danza de la Pluma, no en Teotitlán. Me cuentan también, que aquí vinieron a poner la secundaria y la comunidad no quiso y se la llevaron a Teotitlán. Me cuentan que aquí quisieron poner el alumbrado público y el pueblo no quiso. No es lo mismo, cuando alguien nos viene a ofrecer algo, que cuando uno les va a pedir algo. Aquí vinieron hace poco a ofrecer una escuela de computación por parte del INEA y yo la aproveche y ¡adelante! No se por qué el pueblo ha rechazado las cosas.
No se que le ha pasado al pueblo. Yo creo que tiene que ver con lo que sucedió en 1938. No hemos perdido nuestras tradiciones. Por ejemplo, aquí se da la Guelguetza cuando alguien se va a casar. La Guelaguetza es una institución en la que la gente se ayuda para celebrar un “compromiso”, que puede ser una fiesta o un entierro. Aquí todo es de “palabra”, eso tampoco lo hemos perdido. Cuando alguien da su “palabra”, la palabra está empeñada. En las mayordomías es más grande el compromiso., pues se celebra al santo patrón. Los gastos son enormes, pero ¡enormes enormes! El pueblo se vuelca en la casa de los mayordomos y les lleva desde cerveza, maíz, cacao, chocolate, tortillas, todo para hacer la fiesta. Porque es desayuno, comida y cena para la mayoría del pueblo durante una semana. Nos gustaría que el turismo nacional y extranjero vinieran el 21 de Septiembre a conocer nuestra fiesta.