Doña Alejandra de la Torre.
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Los pueblos se conocen a través de sus mercados. Oaxaca conserva la tradición milenaria del Anáhuac de los tianguis y los mercados. Espacio para el encuentro y el intercambio, más que para la ganancia y la especulación. Dentro de la organización de los mercados es de primordial importancia los "comedores" o fondas, generalmente atendidas por expertas cocineras.
Este es el caso de Doña Alejandra de la Torre, mujer guerrerense avecindada en Zaachila desde hace casi medio siglo, pues se casó en Acapulco con su difunto esposo Policarpio Castellanos, quien se la trajo a vivir a su tierra y donde procrearon 8 hijos. Desde hace mucho tiempo tiene el "comedor Faby" en el puesto numero 3, desde antes de que remodelaran el antiguo mercado.
Tal vez comer en un sencillo comedor de un mercado no sea la gran experiencia de disfrutar de los espléndidos restaurantes que ofrecen verdaderas delicias preparadas por excelentes cocineras y prestigiados chefs. Sin embargo, comer en una fonda de los pueblos de Oaxaca, es una visita obligada para quienes desean conocer el "México profundo" del que nos habla Guillermo Bonfil.
La sopa caldosa, el arroz, el caldo de pollo, los chiles rellenos, la salsa de carne frita, el tasajo y la cecina con entomatadas o enfrijoladas, el "chocolate atole" y los sábados y domingos, doña Alejandra le prepara un exquisito pozole estilo Guerrero en el Mercado de Zaachila.