Acueducto de San Felipe
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Uno de los grande problemas de la ciudad de Oaxaca ha sido la escasez de agua para satisfacer las necesidades de consumo humano. A pesar de tener en un inicio al Río Atoyac, pasando a un costado de lo que hoy es el centro de la ciudad. Más que un beneficio, cada año el río inundaba a la pequeña ciudad, por lo que desde el principio el río fue desviado a fuerza de mano de obra indígena, no remunerada, sino otorgada como tributo.
Así que, en el siglo XVI se inició la magna obra de hacer un acueducto que condujera las aguas que bajaban de las estribaciones de la Sierra Norte, conocida como San Felipe del Agua, hasta la ciudad. La construcción es en cantera verde y viene desde las faldas del las montañas y para cruzar una cañada, se tuvo que construir una impresionante estructura que hasta la fecha se puede disfrutar.
El acueducto baja de Norte a Sur, aprovechando la pendiente y utilizando la fuerza de gravedad. Cruza casi la mitad de la ciudad y llega a la primera fuente pública que estaba donde hoy se encuentra ARIPO.
La segunda fuente pública que se ubicaba en el portal Sur del Templo del carmen Alto y de ahí, era distribuida estratégicamente en varias fuentes públicas, para el consumo humano. En la ciudad quedan algunas de estas fuentes y sus vestigios.
El acueducto encuentra en el Barrio de Xochimilco la primera zona urbana de los primeros tiempos. En efecto, los españoles para la fundación de la ciudad española, se trajeron a sus "aliados" indígenas. Así es como tenemos varios barrios indígenas en Oaxaca que nacerán con la fundación, pero que fueron por nativos oaxaqueños. Es el caso de Xochimilco, Jalatlaco y San Juan Chaplutepec.
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El acueducto y el tiempo, han hecho un lugar muy agradable en lo que hoy conocemos como "los arquitos", muy cerca del Centro Cultural "El Pochote", otra obra cultural que nos ha legado el Maestro Francisco Toledo y donde se puede apreciar lo mejor de la cinematografía mundial.