TEATRO MACEDONIO ALCALÁ
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El gusto que tiene el pueblo oaxaqueño por el arte es ancestral, pero especialmente por la música y las artes escénicas. Este edificio fue durante el siglo XX el símbolo de las manifestaciones artísticas. Ha tenido una vida muy azarosa, pero a final de cuentas es una de las joyas de la arquitectura del siglo pasado. En él se han presentado los artistas más importantes que han venido a Oaxaca y gracias a su excelente construcción, pues la visibilidad y la acústica están perfectamente equilibrados, pese a que ya perdió sus "cajas de agua" que tendía bajo el foro para aumentar la resonancia.
Este espléndido edificio fue construido por suscripción popular, lo que nos indica que no fue en sus inicios, una obra de gobierno, sino la expresión de lo que hoy se ha dado por llamar "la sociedad civil". Para la dimensión de la obra y su costo, esto representó un gran desafío y una conciencia social por alentar las manifestaciones artísticas y culturales. Se inició la construcción en 1903 y se finalizó en 1909, con el apoyo del gobierno del estado, pues se acabaron los fondos de la sociedad que lo inició. Tiene un cupo para 1200 personas cómodamente sentadas, divididos en las siguientes áreas: luneta, platea, palcos primeros, palcos segundos y galería.
Su estilo es afrancesado en forma de herradura y es una joya de la arquitectura neoclásica mexicana, orgullo del pueblo de Oaxaca y muy apreciado por los visitantes, quien tiene la oportunidad de pasar a su interior.
La vida de este teatro ha tenido altibajos, como casi todos los teatros construidos en la misma época y llamados "del centenario", pues fueron construidos al inicio del siglo XX, cuando el presidente Porfirio Díaz preparaba las fiestas para la celebración de la Independencia.
Este teatro llegó a ser el recinto más importante de la vida artística, social y cultural de Oaxaca durante muchas décadas. Sin embargo, llegó a su decadencia, siendo usado como cine popular, lo que lo deterioró severamente su interior, especialmente el decorado que tenia un gran trabajo artístico, que por fortuna ha sido rescatado.
Por fortuna el teatro no sufrió daños irreparables o cambios estructurales y en la década de los años setentas fue restaurado. Esta restauración costó el equivalente a un kilómetro de carretera. En aquella memorable ceremonia de reinauguración el Presidente de la República hizo énfasis en su discurso de reinauguración donde aludió que Oaxaca, podía esperar muchos años más sin un kilómetro de carretera, pero que seria imperdonable perder el teatro. Esto es verdad, la inversión más "democrática" en la Ciudad de Oaxaca es la restauración de sus edificios y monumentos, pues son la razón en gran medida de la corriente turística y de ella, todos en Oaxaca se benefician.
Actualmente sigue en restauración, especialmente de los plafones que amenazan con caerse debido a que la estructura que los sostiene es de madera y esta apolillada. Esto requiere de un trabajo muy especializado y por ende muy costoso. Sin embargo, la estructura del edificio esta en excelentes condiciones, lo que augura una larga vida a este bellísimo edificio.
El teatro tiene una bellísima entrada en una esquina y un vestíbulo con escaleras de mármol blanco y un sequicito decorado de la época. En su interior se podrá observar el telón con alegorías griegas sobre la gloria, un busto del general porfirista Luis Mier y Terán, nombre que recibió para su inauguración en 1909 el teatro.
El teatro contó en un principio con un casino, centro recreativo de la sociedad oaxaqueña, muy en boga en aquellos tiempo. Actualmente alberga las oficinas del Instituto Oaxaqueño de las Culturas, la Galería Miguel Cabrera y la Galería Nancy Canseco.