LA FERIA DEL TEJATE San Andrés Huayápam
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La civilización del Anáhuac es una de las seis más antiguas y con origen autónomo del planeta. Junto con Egipto, Mesopotamia, China, India y la Zona Andina, el Anáhuac ahora llamado México, forma parte de este selecto grupo de pueblos que han desarrollado los conocimientos fundamentales del mundo en que hoy vivimos casi doscientos países.
Por ser una civilización con origen autónomo, hemos aportado al mundo conocimientos y productos como la cuenta perfecta del tiempo, el maíz, el chocolate y el téjate. En efecto, el téjate es una bebida ancestral que seguramente tiene más de cuatro mil años de deleitar, refrescar y alimentar a nuestros pueblos y con la cual se logró hacer grandes proezas arquitectónicas, porque somos las civilización que más pirámides construyó en el mundo antiguo.
No podemos pensar en Monte Alban, Mitla, Yagul, por citar solo tres grandes monumentos al Espíritu Humano, sin que en su construcción esté implícito el tejate. Así es, estas magnas obras requirieron de mucha energía física. Monte Alban se construyó a lo largo de 1350 años. Para nuestros antepasados el contar con una bebida que los refrescara y les diera la energía para seguir trabajando, fue uno de los grandes logros culturales que siguen presentes.
Y hasta nuestros días, el téjate se usa para refrescar, quitar la sed y vitalizar al campesino, albañil o simplemente a la ama de casa o los niños al salir de la escuela. En Oaxaca el tejate es parte de la cultura viva y se toma como un Patrimonio Cultural que define la Identidad de los oaxaqueños. El tejate es una más de las bebidas heredadas de los ancestrales Viejos Abuelos y que en Oaxaca se mantiene viva, vigente y refrescante.
Fue por la iniciativa de un oaxaqueño muy sensible que hace trece años promovió la Primera Feria del Tejate, y hoy forma parte importante del calendario de fiestas tradicionales de Oaxaca. Cupertino Hernández, ciudadano de San Andrés Huayapan invitó a un entusiasta grupo de personas a trabajar el proyecto por el bien de la comunidad, y hoy, se han sumado muchas voluntades para honrar una tradición, fortaleciéndola al re-valorarla y difundirla a través de La Feria del Téjate de San Andrés Huayapan.
En efecto, a ocho kilómetros de la Ciudad de Oaxaca, se encuentra San Andrés Huayapam y La Unión de mujeres productoras del Tejate “Güie Bdie” organiza junto con las autoridades municipales el evento, al cual asisten en un día, decenas de miles de personas, no solamente de la Ciudad de Oaxaca, sino de todos los Valles Centrales y por supuesto, nutrido grupo de turistas.
El nombre de “téjate”, mejor conocido como la “Bebida de los Dioses”, proviene de una palabra de la lengua náhuatl, que fue la lengua franca durante varios miles de años en el Anáhuac, Su raíz viene de "texatl" que significa agua harinada, y que se compone por textli, harina, y atl, agua. El nombre Zapoteca del tejate es cu'uhb.
Los ingredientes principales del tejate son harina tostada de maíz, granos de cacao fermentados, semillas de mamey y flor de cacao también conocida como rosita de cacao,[1] que solo crece en San Andrés Huayapam.
Estos ingredientes son finamente molidos hasta formar una pasta, que posteriormente se mezcla con agua fría, por lo general a mano, y cuando está lista, la flor de cacao se eleva a la parte superior del recipiente para formar una espuma pastosa. La bebida se sirve fría y puede servirse tal cual o con un poco de jarabe de azúcar para endulzarla.
A la Feria del Tejate asisten también otras bebidas y alimentos típicos de la cocina popular oaxaqueña. Tepache, pulque, aguas de sabores, nieves, tamales, quesadillas, moles, barbacoa, dulces, panes, etc. Así como las manifestaciones del Arte Popular presentados por sus artistas populares.
Parte de la fiesta se desarrolla en el Templo y su atrio, en el que se puede sentir la frescura y la fuerza tectónica de la cultura originaria. En efecto, la vida y la cultura, el ser y el hacer de nuestro pueblo milenario no acabaron con la caída de Tenochtitlán. Nuestra Cultura Madre sigue viva y vigente, y está presente en pleno Siglo XXI, aunque mucha gente ciega no lo quiera ver. Oaxaca es la reserva espiritual de México, porque los oaxaqueños mantienen vivo en su subconsciente los atávicos valores y principios de nuestra civilización ancestral.
Y es justamente estos Valores, Principios, Sentimientos en torno a enfrentar el mundo y la vida, los Elementos Culturales más importantes que tenemos como pueblo y nación, para enfrentar los inicios de este turbulento milenio en el que pareciera que “LA NADA SE ESTA ACABANDO TODO”.
No se pierda esta interesante fiesta oaxaqueña, que nos demuestra, -una vez más-, “QUE EL FUTURO DE MÉXICO ES SU PASADO”. San Andrés Huayapam gracias a fortalecer su Patrimonio Cultural ha logrado elevar el nivel de vida de muchos ciudadanos del pueblo, pues reciben en esta fiesta, una buena derrama de dinero que ayuda en mucho a enfrentar los desafíos calamitosos de la economía.
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