TEMPLO Y EXCONVENTO DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN
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class="dropcap" Entre todos los bellos y majestuosos edificios que tiene Oaxaca, podríamos afirmar sin temor a equivocarnos, que el templo y el exconvento de Santo Domingo de Guzmán es "la joya más importante de esta corona". Catalogado por la UNESCO, "Patrimonio Cultural de la Humanidad", es sin lugar a dudas uno de los monumentos más importantes del legado del periodo colonial de nuestro país.
Santo Domingo ha podido reunir extraordinarias coincidencias. Que haya sido construido con manos sensibles y talentosas. Que el Ejercito Mexicano lo
habitó por casi dos siglos, que un grupo de políticos le hayan dado continuidad al proyecto de rescate y restauración, que la sociedad civil organizada haya tomado una participación fundamental y decisiva en la defensa del proyecto, que un grupo de funcionarios hayan impulsado el proyecto con talento y profesionalismo. Santo Domingo representa uno de los mejores aciertos de la Política Cultural de finales del Siglo XX. Su rescate, restauración y operación serán una lección para los salvamentos del siglo XXI. Esta espléndida construcción es un testimonio y una continuidad de la sensibilidad espiritual y la asombrosa creatividad de los oaxaqueños, quienes hace dos mil quinientos años iniciaron la construcción de lo que hoy conocemos como Monte Alban, y que lejos de las grotescas ideas colonizadas, que desde un inicio de la Colonia han menospreciado y negado los grandes avances humanos en el desarrollo espiritual de los Viejos Abuelos, en Monte Alban se esculpió en la materia, un portentoso testimonio a la inconmensurable fuerza de su espíritu.
Lo maravilloso de este pueblo, es que pese a las deshumanizadas condiciones de vida a que fueron sometidos los indígenas, ellos lograron asimilar el pensamiento judeocristiano y siguieron realizando, con las ideas de los colonizadores, testimonios a su ferviente espiritualidad y a sus prodigiosos talentos artísticos, especialmente en la cantera.
Este es el antecedente de Santo Domingo de Guzmán, sin el que no se podría explicar cabalmente los prodigios arquitectónicos realizados, no sólo en Oaxaca y México, sino en toda la América indígena. No seria valido negarle a la presencia Occidental sus valores propios, que también han contribuido a la formación de esta forma de entender el mundo y la vida de los mexicanos de
hoy. Lo que pretendemos subrayar es que, en otras latitudes americanas, donde no existieron pueblos indígenas o se les exterminó, no encontramos estos grandiosos testimonios de la grandeza espiritual de los seres humanos en el periodo colonial.
Santo domingo de Guzmán inicia su construcción en el año de 1575 y dura 30 años su construcción, con el esfuerzo compartido de los oaxaqueños, dirigidos por Fray Hernado Cavarcos; el exconvento fue habitado por los dominicos hasta el año de 1608.
Fue uno de los grandes artistas del periodo colonial, Andrés de la Concha, quien pintó el retablo principal en 1612, pero fue el teniente Coronel Martínez Rivera que en 1869 lo destruyó, para quitarle el oro laminado con el que estaba decorado.
El actual, es una reconstrucción inspirada en el templo de Yanhuitlán y fue terminado en el año de 1959. El retablo tiene una imagen del Espíritu Santo, la Virgen del Rosario con unos ángeles, San Francisco de Asís, San Andrés con la Cruz, Santa Teresa de Jesús, San Felipe y una escultura de Santa Inés de Monte Policiano.
Al centro Santo Domingo de Guzmán, una pintura de Santa Catalina de Siena y una escultura de Santo Tomás de Aquino. En un extremo de la pintura una pintura de Santa Rosa de Lima y San Alberto Magno.
En la parte más baja esta el trono del Santísimo, San Bartolomé y la daga, San Pedro y Santo Tomás con la pica y San Pablo.
El decorado de la bóveda de cañón tiene 36 pinturas que representan episodios del Antiguo Testamento, escenas de la vida de Jesús, María, los Profetas, los evangelistas y la Santísima Trinidad.
En los muros vemos 12 grandes cuadros en relieve, con escenas de la vida de Jesucristo, decorados con bellísimos colores y realzados. El conjunto a pesar de riqueza de formas y colores, no agota al espectador. Por el contrario, el arte sacro despierta la aletargada conciencia espiritual e infunde un sentimiento de devoción y paz.
El decorado clásico de Santo Domingo es el fondo blanco sobre yesería resaltada con formas vegetales y cubierta de color oro.
En la bóveda del Sotacoro tenemos el "árbol genealógico" de Santo Domingo de Guzmán; surge del padre del santo, Don Félix de Guzmán quien esta tendido en el interior de un nicho en forma de concha a manera de catafalco, el árbol se extiende con personajes de la "familia terrenal", en la parte final se encuentra la Virgen del Rosario con el niño en brazos.
El templo tiene forma de cruz, con cinco capillas por lado, aparte de la extraordinaria Capilla del Rosario, con planta de cruz latina y los brazos del transepto muy cortos, cubierta con bóveda de cañón ornamentada con relieves, en donde se encuentran 24 pinturas de personajes de la Iglesia Católica.
En la Capilla del Rosario se aprecia un óleo de la Virgen que le esta entregando a Santo Domingo un rosario, simbolizando que fue este Santo, quien instituyó la práctica de rezar el Rosario. A sus costados se aprecian las imágenes de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen.
En las pecinas de la cúpula, aparecen los cuadros de los cuatro evangelistas con sus símbolos: San mateo y el ángel, San Marcos y el león, San Lucas y el buey, San Juan y el águila que en conjunto refieren la vida de Jesucristo. La bóveda del coro tiene a la Virgen de la Asunción entre rosas y a su alrededor están los misterios gloriosos, que son: la resurrección, la ascensión, la vida del Espíritu Santo, la asunción y coronación de la Virgen. La capilla fue terminada en el año de 1725 y aquí descansaron por muchos años los restos del General Vicente Guerrero.
La portada Poniente de la Capilla del Rosario, tiene el emblema de María, abajo el de los dominicos, flanqueado por dos perros, ya que esta orden se considera como "Los perros del Señor", con sendas antorchas en el hocico, dando la luz a la obra de la orden.
Abajo se encuentra una bella talla, que representa a la Virgen del Rosario, quien tiene entre sus piernas al niño Jesús y mira a Santo Domingo, que hincado en penitencia es coronado por un ángel, que desciende del cielo.
La fachada del templo se empezó a construir a principios del Siglo XVII y es de estilo renacentista, con inicios del barroco, especialmente el segundo cuerpo, en donde aparecen esculpidos Santo Domingo y San Hipólito Mártir, sosteniendo la maqueta de un templo y sobre él, la imagen del Espíritu Santo. En la parte superior se encuentra el escudo de la orden dominica y los símbolos de la fe, la esperanza y la caridad. Las torres del templo, se terminaron en 1660 y tienen una altura de 35 metros.
El exconvento tiene influencia de los estilos gótico y renacentista. Esta majestuosa obra en su conjunto representa no sólo la fuerza espiritual de Oaxaca; si no la expresión de la sensibilidad y creatividad de nuestro mestizaje, ya que las ideas fueron de Occidente, pero las manos constructoras fueron indígenas.
Santo Domingo fue afectado por los terremotos de 1787 y tuvo que ser abandonado. En el siglo XIX fue ocupado por el ejercito, quien construyó en la parte Oriente un cuartel y usó gran parte del exconvento y la huerta hasta el año de 1994 en el ejercito lo entrego al pueblo y gobierno de Oaxaca. En el año de 1972 se instaló en una sección del exconvento, el Museo Regional de Oaxaca dependiente del INAH, que en su acervo cuenta con la espléndida colección del "Tesoro de Monte Alban", consistente en las joyas que encontró el arqueólogo Alfonso Caso explorando la Tumba 7 del sitio arqueológico. Este maravilloso tesoro, puede considerarse como el mejor trabajo en joyería de los Viejos Abuelos de los Viejos Abuelos.
En el Centro Cultural Santo Domingo también encontramos la Biblioteca Francisco de Burgoa, el primer historiador español de Oaxaca, quien fue novicio y llegó a ser provincial ene este convento. La biblioteca contiene libros muy antiguos y una buena colección de los llamados "incunables", libros hechos mano y que son ejemplares únicos. Esta colección se hizo con el acervo del fondo histórico de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, los libros que pertenecieron a las bibliotecas de las ordenes que se asentaron en Oaxaca, como la de los agustinos, dominicos, carmelitas y franciscanos.
Con la restauración el edificio contiene exposiciones permanentes y temporales de gran calidad, además de los continuos eventos artísticos, científicos y culturales que se desarrollan en sus amplias y bellísimas instalaciones.
El Jardín Histórico-Etnobotánico se encuentra en lo que fue la huerta del convento, ahí se estudia las plantas, su historia y su relación con la comunidad. También encontramos en lo que fue el cuartel, la Hemeroteca Néstor Sánchez, quien fue un distinguido periodista, que de joven combatió con los republicanos en la Guerra Civil Española y finalmente, el Centro Cultural Santo Domingo cuenta con una librería.