LA JOYERÍA OAXAQUEÑA

Graciela Santos Gómez… bordadora de sueños.

LOS TAPETES OAXAQUEÑOS

Saul Aragón Ramírez

Isidoro Cruz Hernández

LUZ ENRIQUEZ

SANTA MARÍA TLAHUITOLTEPEC

HIERVE EL AGUA (Water Boils)

San Francisco Cajonos

YAATE : EL CERRO DE LA CENIZA. (YAATE: THE ASH HILL)

Manuel Francisco Natera


Escrito por Guillermo el .

Mi nombre es Manuel Francisco Natera, tengo 39 años y soy la cabeza de este taller familiar aquí en Santa Cruz Xoxocotlán. El ser artesano es una forma de ser y vivir, una forma de entender el mundo y la vida. Los artesanos le tenemos mucho cariño a nuestro oficio. Primero lo tomamos como una necesidad, pues de esto vivimos, de esto comemos, pero a la larga se torna en una forma de vivir

En la hoja de lata, quizá no sea una artesanía como la cerámica, que lleva miles de años en Oaxaca, pero ya tiene sus años de estar con nosotros. Cuando yo entré de aprendiz a un taller, hace como unos diez años, la artesanía estaba desapareciendo, prácticamente habían tres o cuatro talleres. El problema es que los jóvenes que vienen de familias de artesanos, pierden la tradición, se dedican a hacer una carrera o incluso se van del estado.

Yo me siento muy orgulloso de este oficio, desde el primer momento que llegué a esto, decoraba piezas con mucha pasión, este trabajo me apasiona. Sería un error dedicarse a hacer algo que no sintiera nada por ello. En el taller que entré de aprendiz, es el del señor Alberto Valdéz, él es hijo de un artesano que se llama Ángel Valdéz, con quien llevo una buena amistad. Él me apoyó para iniciar mi taller hace unos 6 años. La "maestría" del oficio, viene de verlo y de hacerlo.

Este oficio surgió de las personas que antes elaboraban las cubetas, cuando se dejaron de usar las cubetas de madera con aros de metal y gajos de madera y se comenzó a trabajar la lámina galvanizada, se dedicó mucha gente a fabricar este tipo de utensilios para el hogar; baldes, tinas, campanas para cocina, regaderas, pues que se yo, todo lo que pudieran hacer. Todo este oficio se vino a bajo cuando entraron las fábricas con su producción en serie y luego con el plástico. Don Ángel, mi maestro, me dice que fue hace cincuenta años que él empezó a trabajar unas figuras planas que le trajo un amigo comerciante y le dio los primeros cinceles para marcar y troquelar las piezas y elaborar figuras como ángeles y figuras decorativas. De ahí él se dio a la creatividad de hacer cajitas, ángeles, candeleros, marcos de espejo y todo lo demás.

Para mi un "artista" y un artesano son lo mismo, solo que se ha desvirtuado o se ha dado una mala imagen de la artesanía, porque, para ser artesano, primero se necesita ser artista y tener sensibilidad para la creación, no es sólo saber la técnica, hay que saber darle "el toque maestro" a las piezas.

Por ejemplo los soles en tercera dimensión. No a la primera quedan, nosotros necesitamos tener el contacto con las personas, escuchar sus comentarios y entonces la pieza, poco a poco, se va perfeccionando. La pieza se debe ver estética, debe llamar la atención para poder ser arte. Por eso se necesita ser artista, tener esa sensibilidad.

Ahora que he tenido más contacto con otros artesanos de otras ramas, se da uno cuenta de la gran similitud que tenemos entre todos. Es como sí nos conociéramos de mucho tiempo, nos ponemos a platicar... incluso, situaciones personales y llegamos a coincidir en muchas cosas, en la forma de ver la vida, parece nada, pero en eso también coincide uno.

La creatividad ya la trae uno, cada persona tiene su forma de ver y sentir las cosas y de ahí nace la creación, pero también es importante saber lo que hace uno, porque por ejemplo en mi caso, no sólo es imaginar un ángel, sino saberlo plasmar, darle vida a través de ese "toque" artístico.

Yo siento que vivir como artesano es una forma de Ser. Yo hago esto, no para hacerme rico, sino en primer lugar porque me gusta. Sí me gusta, cuando vengo en las mañanas lo hago de buen humor con mi esposa, que es mi mano izquierda, y con los muchachos del taller, a quienes les infundo ese ánimo, ¡qué lo hagan bien!. Entonces, para ser artesano, necesita uno tener esa cualidad. Yo siento que la persona que no infunde esa fuerza, esa alegría y energía en su trabajo, sus resultados no pueden ser buenos. El artesano no se puede quedar estático, tiene que buscar diariamente alternativas, para ir rescatando lo que da este oficio y a la vez, aplicarle su propia personalidad, algo nuevo a la tradición, pero algo propio, personal, de cada artesano.

En lo personal soy una persona sin pretensiones, no me mueve un impulso consumista para tener. La artesanía es un oficio muy noble y que lo debe uno engrandecer en todos los sentidos. La artesanía jamás nos dejará sin comer, personalmente en las etapas más difíciles de mi vida, este oficio me ha sacado adelante. Es por eso que le tengo mucho cariño a la artesanía; vive uno de la artesanía, disfruta uno de la artesanía y el desafío será crear maestros, pero buenos maestros, personas que en verdad sepan lo que están haciendo, yo creo que es ahí cuando llegaremos a ser en verdad "maestros". Quizás yo no esté ni a la mitad de mi vida, de mis objetivos, por ello quiero llevar al máximo mi superación.

La artesanía une a las familias y a las personas. Con el pretexto de estar trabajando juntos se estrechan lazos, no solo con los familiares, sino con otras personas que se acercan al taller. Al momento de estar trabajando, se está platicando, se comenta, se hacen planes. La artesanía es un buen ejemplo para los hijos, ven trabajar a sus padres, ellos se acercan, están acá y ven... los niños empiezan jugando y terminan haciendo piezas. Terminan conociendo el proceso y aprenden la técnica y se les trasmite sin palabras el amor al oficio. Es por eso que mis hijos y mis nietos van a heredar esta tradición.

 

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