Valles Centrales Mas Leidos

AGUSTÍN ALLENDE

AGUSTÍN ALLENDE

Nuevamente aquioaxaca emprendió el camino al más alto de la Sierra Mazateca, en busca de un hombre de conocimiento de la cultura mazateca. Salimos de los valles de la ciudad de Oaxaca e iniciamos la subida hacia Telixtlahuaca. Subimos a lo más alto de la cresta de la Cañada, done a mano izquierda se siente un abismo y en la lontananza se mira la árida región  mixteca. Empezamos a bajar por una serpentiante carretera que viaja sobre uno de los bordes de la cañada que une los Valles centrales con el Valle de Tehuacan y de ahí con el Valle de Puebla.

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Dainzu

Dainzu

Dainzu

La zona arqueológica de Dainzu fue explorada en 1965 por el arqueólogo mexicano Ignacio Bernal. El nombre de este viene del nombre que tiene el cerro donde se encuentran los vestigios. Dainzu quiere decir en lengua zapoteca "cerro de órganos".

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MAYORDOMÍA DE SANTIAGUITO APÓSTOL DEL BARRIO ALTO CUILAPAN DE GUERRERO

MAYORDOMÍA DE SANTIAGUITO APÓSTOL DEL BARRIO ALTO CUILAPAN DE GUERRERO

MAYORDOMÍA DE SANTIAGUITO APÓSTOL DEL BARRIO ALTO CUILAPAN DE GUERRERO

Oaxaca es un maravilloso mosaico de colores en donde se junta la energía de la Tierra con la energía del Espíritu Humano y da como resultado este caleidoscopio de tradiciones, fiestas, usos y costumbres que a propios y extraños nos inunda de la alegría más esencial de vivir la vida.

 Con “Flor y Canto” los Viejos Abuelos desde hace miles de años nos enseñaron a compartir entre nosotros. Nos enseñaron que “al dar se recibe” y que lo más importante que un ser humano puede hacer en su vida, es “servir a su comunidad”. De modo que “SER MAYORDOMO DE UNA FIESTA PATRONAL” es mucho más importante y valioso que “TENER DINERO O BIENES MATERIALES”. "Aquioaxaca" fue invitada por Don Pedro Ruiz, portador de la tradición de LA DANZA DE LA PLUMA a la Mayordomía de Santiaguito Apóstol, Barrio Alto de Cuilpan de Guerrero, en los Valles de Oaxaca.  

 

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MUSEO DE LOS PINTORES OAXAQUEÑOS

MUSEO DE LOS PINTORES OAXAQUEÑOS

MUSEO DE LOS PINTORES OAXAQUEÑOS

El Estado de Oaxaca es...

“La Reserva espiritual de México”.

Desde épocas ancestrales los Valles de Oaxaca han sido el encuentro de los pueblos del Anáhuac. Paso obligado del altiplano al istmo, en el que se encontraron las manifestaciones culturales de la cultura náhuatl y la cultura maya, con el auspicio de las milenarias culturas zapoteca y mixteca.

De esta manera hoy tenemos testimonios de esta riqueza cultural en Monte Alban y Mitla, por citar solo dos centros de conocimiento de los muchos que existen en los valles. Es por esta herencia que los oaxaqueños son artistas innatos, especialmente en la plástica han dejado huella, como son los códices mixtecos y los murales de la Tumba de Huijazó.  La Ciudad de Oaxaca tiene vocación de museos y el Museo de los Pintores Oaxaqueños se suma al Patrimonio Cultural de Oaxaca.

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SAN BARTOLOMÉ QUIALANA

SAN BARTOLOMÉ QUIALANA

SAN BARTOLOMÉ QUIALANA

Al cruzar por carretera el Valle de Tlacolula en dirección del istmo de Tehuantepec, se puede apreciar a mano derecha un inmenso cerro que tiene la forma de un enorme lagarto. A las faldas de este coloso de piedra se encuentra un pequeño pueblo llamado Quialana, que significa en lengua zapoteca: “piedra negra”. Se compone de quia, “piedra” y lana, “negra”.

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MAYORDOMÍA DE SAN JERÓNIMO YAHUICHE


Escrito por Guillermo el .

La civilización del Anáhuac, desde la más remota génesis se desarrolló en base al comunitarismo. Para los herederos directos de esta milenaria forma de entender el mundo y la vida, la comunidad esta sobre la individualidad. Los intereses del pueblo están por encima de los intereses de los individuos. La propiedad comunal sobre la propiedad privada. El interés colectivo sobre el interés privado.

De esta manera, “servir al pueblo” es la honra más alta de un “ciudadano”. En la cultura dominante se educa a la gente a “servirse” de la comunidad. En las culturas indígenas y campesinas es todo lo contrario. Y a pesar de la contaminación y la penetración cultural, estos valores lograr sobrevivir en el siglo XXI.

La Mayordomía es parte del “Sistema de Cargos” y es toda una institución que nos viene de nuestro más remoto pasado y que se “adaptó” a las formas de la cultura dominante en los primeros tres siglos de la colonización.

Cuando una familia acepta tener el altísimo cargo de llevar durante todo un año la Mayordomía, no solo implica un inmenso gasto en las fiestas patronales, sino una responsabilidad total del templo y el santo patrón a lo largo de un año. Desde mantener limpio y con flores, hasta vigilar su buen desempeño para la comunidad, pues casi la mayoría de los templos en Oaxaca, están en manos de la comunidad.

La Mayordomía la comparten no solo el hombre y la mujer, quienes “son los mayordomos”; sino es compartida en todos los sentidos con los parientes y amigos. En segundo lugar, por todo el pueblo que tendrá que apoyar a los mayordomos para que “saquen el compromiso”.

Este tipo de fiestas no podrían existir sin una antiquísima institución de la civilización del Anáhuac que es la Guelaguetza. En efecto, la solidaridad que las personas, las familias y los pueblos van creando, es todo un verdadero compromiso que se respeta escrupulosamente.

Los parientes, amigos y vecinos apoyarán a los mayordomos con “su Guelaguetza”. Ayuda solidaria que consiste en comida, bebida, música, mano de obra y hasta dinero. El “compromiso” de llevar la fiesta a cabo, en la que comerán y beberán casi todo el pueblo, no lo puede asumir una familia sola.

Los mayordomos reciben apoyos de “las madrinas y padrinos”, a través  de “Las Chinas oaxaqueñas”, banda de música, bebidas, animales para la matanza, granos, leña y un sinnúmero de requerimientos para realizar eficientemente “el compromiso”. Todo mundo debe apoyar a los mayordomos a favor de la fiesta que es de todos.

Las mujeres y los hombres empiezan a trabajar con meses de antelación. La organización social en torno a una mayordomía es formidable y efectiva. Maravillosa herencia de nuestros Viejos Abuelos.

Los hombres realizan la matanza y preparan las carnes, sean de res, puerco o aves. Las mujeres preparan afanosamente los moles, frijoles, arroz y especialmente las tortillas. Verdadero ejercito de manos diestras en transformar la masa en exquisitas tortillas.

En la mañana llega la chirimía y el tambor para darle las mañanitas al Santo que esta depositado en la casa del mayordomo. La gente se encuentra trabajando desde las 4 de la mañana. Se desayuna y se prepara la comida para todo el pueblo.

A medio día las madrinas encabezan la misa en honor del Santo Patrón y con la banda y los cuetes se dirigen a la casa de los mayordomos. La comida se anuncia con cohetones y la música estará presente hasta muy tarde, cuando se inicie el baile.

Las madrinas que cargaron sus canastas de flores y fuegos de artificios, tirarán sus dulces a la concurrencia, especialmente a los niños que como aves de presa atrapan los dulces.

Y se iniciará la comida amenizada por la banda de música. Posteriormente vendrá el baile hasta muy tarde.

Generalmente los invitados del círculo más íntimo, llegarán al otro día a “curársela”, almorzar y a ayudar a limpiar la casa.

Las mayordomías cumplen una función muy importante en la comunidad. El medio es la fiesta, el fin es el fortalecimiento de los valores espirituales y sociales de la comunidad.

Estas fiestas reafirman valores y principios de carácter social, familiar, de amistad y compadrazgo, así como mantienen las tradiciones y costumbres en las que se sustenta la Identidad Cultural de los pueblos.

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